Los vecinos de lekeitio se muestran “encantados” con la prolongación de las obras del paseo de santa Catalina

DEIA | IZASKUN MOYANO | Miércoles, 7 de Marzo de 2018

AJENO a los pronósticos del tiempo, el sol iluminó ayer Lekeitio, incitando a los vecinos a salir de casa. Mientras algunos hacían la ruta de poteo por los bares del puerto, otros optaron por caminar por el paseo de Santa Catalina. Debido a la cantidad de viandantes que transitan durante horas por la zona, el Consistorio optó por realizar unas obras para aumentar la acera y prolongar el camino costero. A la vista de las opiniones de los paseantes habituales, la prolongación del vial es bien recibida.

“Definitivamente merece la pena invertir el dinero para llevar a cabo esta obra, tanto por su uso como por la estética”, afirman los asiduos del paseo de Santa Catalina. Y es que, llueva o haga sol, siempre se encuentran los mismos vecinos paseando por el recorrido. Algunos aprovechan para correr;otros, en cambio, prefieren andar relajados y disfrutar del paisaje inigualable de la costa vizcaina.

AJENO a los pronósticos del tiempo, el sol iluminó ayer Lekeitio, incitando a los vecinos a salir de casa. Mientras algunos hacían la ruta de poteo por los bares del puerto, otros optaron por caminar por el paseo de Santa Catalina. Debido a la cantidad de viandantes que transitan durante horas por la zona, el Consistorio optó por realizar unas obras para aumentar la acera y prolongar el camino costero. A la vista de las opiniones de los paseantes habituales, la prolongación del vial es bien recibida.

“Definitivamente merece la pena invertir el dinero para llevar a cabo esta obra, tanto por su uso como por la estética”, afirman los asiduos del paseo de Santa Catalina. Y es que, llueva o haga sol, siempre se encuentran los mismos vecinos paseando por el recorrido. Algunos aprovechan para correr;otros, en cambio, prefieren andar relajados y disfrutar del paisaje inigualable de la costa vizcaina.

Julene y José Antonio son una pareja de retirados que nunca fallan a su cita diaria con el faro de Lekeitio desde hace muchos años. Para llegar hasta allí se toman la molestia de andar durante una hora y dar dos vueltas por el paseo. “Venimos hasta con sirimiri o chaparrones, siempre y cuando no sople fuerte el viento, porque en ese caso nos empapamos”, afirma la pareja. “Agradecemos enormemente el trozo de acera que han construido para garantizar nuestra seguridad respecto a la carretera”.

Hay vecinos que realizan el mismo paseo dos veces al día;una por la mañana y otra por la tarde. Es el caso de Jabi Markuekiaga. Con los auriculares en las orejas camina al ritmo de la música durante un par de horas. A todos se les iluminan los ojos al observar el paisaje que abarca el paseo, al igual que a Jabi, mientras disfruta de su café en el bar del faro por las tardes. “Si tuviésemos este paraje en Menorca, lo apreciaríamos más cuando fuésemos de vacaciones. Pero a veces, no reconocemos el paraíso que tenemos en casa”.

Una de las encargadas de servir cafés como el de Jabi es Ana. La camarera afirma haber visto un incremento en el número de personas que se acercan hasta el bar desde que dichas obras del paseo se pusieron en marcha hace algunos años. “Se ven muchos alemanes, franceses, madrileños y catalanes que pasean con sus hijos y mascotas”. Aprovechando que los fines de semana no trabaja, también disfruta del que según ella misma es “el mejor lugar de Lekeitio”. Ella, al igual que otras paseantes sigue la costumbre de llegar hasta la punta, tocar el muro con la mano y dar media vuelta.

Las hermanas Ana y Pilar también realizan dicha práctica, ya que el bar ha permanecido cerrado durante muchos días de invierno, impidiéndoles tomar un tentempié antes de volver a casa. Tras haber dejado atrás la época de trabajar ayudando a personas mayores, se han convertido en asiduas de Santa Catalina. “Llevamos diez años caminando todos los días durante dos o tres horas, independientemente del frío o de la lluvia”. Ambas afirman sentirse “súper a favor” de la obra realizada en el paseo hasta el momento, porque esta excursión diaria les ayuda a desconectar. Aunque aún las labores de mejora de la zona no estén concluidas, los vecinos ya muestran su felicidad al andar por ella. En abril se inicia la tercera fase de los trabajos. Solo restaría una cuarta, en 2019.